We are all cultural Prostitutes

Sí, somos unas putas, unas putas baratas que nos vendemos ante cualquier envase vacío, ante cualquier cosa, producto, persona o emblema que venga del otro lado del atlántico o del hemisferio norte (léase Estados Unidos y/o Canadá). ¿Cuántas cosas de nuestra propia identidad e idiosincrasia hemos desechado por burdos personajes y empresas que se han asentado en nuestro país? Preferimos ir al McDonalds antes que comer una empanada, preferimos ver Star Wars antes que ver Sexo con Amor, preferimos escuchar Metallica antes que escuchar Los Tres. Que pasó con esa época donde lo criollo era tan bonito, donde la gente amaba su país, las cosas que nacían acá, donde prácticamente no se importaban productos, ni cultura tampoco. Todo eso se vendió, al igual que nosotros nos vendemos hoy en día, cada vez más fácil. ¿Seremos los próximos peones de los Gringos en el tablero de ajedrez en que se ha convertido el mundo, o simplemente seremos una estadística, un número, un nombre en el Almanaque?

Sencillamente tiene que haber un titiritero detrás de esto; personas con ambición de poder, personas que siempre desean más, al igual que nosotros, que buscamos más de ellos y viceversa, somos las rémoras de las transnacionales, de los grandes estudios de Hollywood; somos los parásitos del sistema de mercado, somos sólo un comprador más de la gigantesca variedad de cosas que nos ofrece el supermercado con nombre de Estados Unidos.

¿Pero somos felices con esto?

Claramente NO, ¿Porqué Chile será el país con uno de los índices más altos de depresión del mundo, porqué un alto nivel de los profesionales de este país sufren trastornos mentales, ya sea stress, angustia, etc? Algo debe estar mal. La presión del exitismo extremo a la que nos vemos sometidos cada día, el miedo al fracaso, el miedo a no querer ser pobres como los que muestran en la tele, a tener el auto del comercial, una casa en la dehesa, unas vacaciones en Miami. ¿A que costo queremos tener todo esto?

Creo que estamos yendo hacia atrás, privilegiando una apariencia de fortaleza económica y laboral, mientras nuestras cabezas y cuerpos gritan con fuerza, mudos, que paremos.

Chile se está volviendo un país de locos, cada día más. Bah, pero si Longueira será senador; rectifico, ya SOMOS un país de locos. (Un mundo loco también, si tenemos a Bush de presidente del mundo)

Compren zapatillas Nike y sean felices (o por lo menos aparenten serlo).

Saludos.