The Vulture's Nest: 2006-02-19

martes, febrero 21, 2006

Ermitaño



El ermitaño de la montaña iba y venía sin sentido, parecía haber perdido la razón. Sus frágiles huesos resistían a duras penas la carga de su extenuante vida. Su boca ya no masticaba y su garganta ya no tragaba. Dormía por las noches y soñaba con la muerte, su muerte.


De noche los demonios asechaban su cabaña, el miedo a aquello desconocido lo aterraba. De día sus actividades le mantenían su cabeza y boca frescas, su piel tersa y su alma tranquila. Su cabeza se hallaba en otro lugar.


Día tras día era lo mismo, día tras día respiraba cada vez menos y sus días se hacían más cortos. Noche tras noche los demonios asechaban su morada, lo observaban por la ventana mientras dormía, lo escuchaban roncar y darse vueltas en la cama. Asimismo la luz del alba los espantaba como santo remedio.

Y así vivió el ermitaño hasta unos años más tarde cuando resbaló accidentalmente dentro de su cabaña y se quebró ambas piernas. Se quedaría ahí, cuál animal desamparado, sin poder salir de su ahora entonces maldita madriguera. Los demonios eran ahora más fuertes y querían devorarlo, él estaba débil y lo sabía.

Una noche muy muy oscura y muy muy callada, el viejo sintió como se habría la puerta, cerró los ojos y respiró profundo. Sintió que una mano helada le tocaba la nuca y que continuaba por su espalda. Trató de respirar y no pudo, ese había sido su último respiro. Sus demonios le habían alcanzado.

lunes, febrero 20, 2006

Tiempo





Me despierto cada día, veo el reloj que marca el medio día y sigo durmiendo. Quemo el tiempo, nada me entretiene, vivo en una seguidilla de hechos y acontecimientos que para nada conmocionan mi existencia. Pasar el día es un trámite para esperar la noche, el carrete, las fiestas, el copete. Todo es una máscara en un mundo humeante, lleno de desconocidos, lleno de hedonistas y ególatras casi en su mayoría, que buscan tal vez compañía por la noche, otros buscan amor. Ya no me satisface.


Es lunes y como de costumbre duermo hasta las 3 de la tarde. Veo por la ventana como cae la lluvia de otoño, veo como se estrella en el piso, como la corta vida de una gota llega a su fin y se une a un sinnúmero de otras que fluyen por la calle. Pienso que es así también como terminamos nosotros.

Voy al baño y me miro al espejo, creo que el sueño me engaña al ver algo. Me acerco aún más y presencio por primera vez en mi vida arrugas en mi rostro. ¿Yo con arrugas?, pensé que jamás ocurriría, creo que he hasta olvidado cuantos años tengo. 20, ¿30? Creo que ya estoy por los 40 y tantos. Voy por la mitad de mi vida, y que he hecho, sólo carretear y vivir la vida como yo decía. ¿Pero que es el carrete? Sólo dura por un nanosegundo y ya, ya no está. No me di cuenta y ya se me vinieron 20 años encima.

Me sumí en un profundo meditar sobre lo que había hecho con mi vida y llegué a la conclusión de que absolutamente nada. De pequeño soñaba con ser famoso, exitoso en lo que hiciera, al crecer el carrete fue ganando la pelea y me terminó venciendo. Creo que todavía soy un pendejo. Mis hijos ya no están, mi esposa me dejó y ahora vivo solo.

Si no tenía nada que hacer dormía o veía TV. Siempre esperé que algo o alguien llegará y me mostrara que hacer, y nunca llegó. Siempre dije soy joven y la vida es larga, y miren como estoy. Estoy en una carrera contra la muerte, y me perdí el disparo de salida.

Trato ahora de correr y atrapar el sol, de que el tiempo no pase, pero el sol se hunde y aparece detrás de mí para empezar de nuevo. Todo es igual, las estrellas, el sol, el mar. Todo está igual desde que nací, excepto yo, yo estoy más viejo. Nuestra vida es tan frágil tan corta. Cada día estoy más viejo, más corto de aire, un día más cerca de la muerte. El tiempo es invencible, con cada respiro mis mitocondrias me asesinan lentamente.

Cada año es más corto que el anterior, cada día más corto que el que el que pasó. Trataré de disfrutar las cosas sencillas, de sentir la lluvia caer en mi cara, de caminar bajo la lluvia, de comer una buena comida, de ver una buena película, de pasar un buen rato con mis amigos, tal vez mañana no tenga nada de eso.

Se pone todo negro de repente y súbitamente despierto. Fue un sueño. Todo fue un sueño. Tengo 19 años y todo acaba de ser un sueño, y me alegro que lo fuera. Tengo toda mi vida por delante, no quiero desperdiciar un día más. No quiero llegar a viejo y ser como Borges que deseaba haber comido más helado, haber visto más atardeceres, etc. Yo todavía puedo hacer eso. Todavía soy joven, el tiempo está a mi favor.

Recuerden la muy sabia frase “la muerte está tan segura de ganar que en la carrera te da una vida de ventaja”. Todos morimos. Aprovechen el tiempo antes de que las manecillas se muevan tan rápido que no podamos pararlas.

Dead Rock Stars


Antes que nada debo hacer notar lo poco púlido y profundo de este texto, espero en algún futuro cercano rendir un mejor homenaje a estos póstumos dioses del Rock.

Al escuchar el guitarreo virtuoso de Hendrix, la voz ronca y agónica de Morrison y al ver a Elvis Guatón pienso en una sola cosa. Drogas. Esa época donde el hippismo y la psicodelia eran el lema, donde el sexo libre y desenfrenado era casi como salir a caminar por la calle. Donde nació la verdadera música. Donde la música conoció a sus creadores, a sus Dioses. Viendo a Jimi Hendrix, un total analfabeto en lo que respecta a música, un autodidacta que aprendió por amor a su guitarra. Recuerdo que una vez estaba Hendrix y ahora no me acuerdo que guitarrista, y este le pasó una partitura a Hendrix y le dijo “toca el solo que compuse”, a lo que contestó “no se leer ni una sola nota, tócalo”. Él toco su solo y Hendrix escuchó atento, luego lo tocó como si lo supiera de memoria.

Que no haya escrito ninguna de sus canciones también me parece anecdótico, su obsesión con grabarlo todo y su frase póstuma de que cuando muera sólo sigan tocando mis discos. He ahí un mártir, al igual que cuando quemó su guitarra en un concierto, cuando estaba haciendo un sacrificio, su guitarra era parte de él, como una pierna o un brazo. Quién, según los rumores, ponía estampillas de LCD bajó su bandana para que el sudor lo llevara a sus ojos y boca, y así lograr una performance sublime en el escenario. Lamentablemente estás también le traerían la muerte tras una sobredosis de barbitúricos y ahogándose en su propio vómito.


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Por otro lado tenemos a Jim Morrison, un ícono de las drogas y el Rock n’ Roll. Nadie lo creía capaz de nada cuando vagaba por los bares de LA volado en ácido. Cuál su libro favorito era “Las Puertas de la Percepción” de Aldous Huxley, que luego bautizaría a su banda en honor a tal obra. Luego lo veríamos consagrando su éxito a través de todo EEUU, además de sus controversiales salidas a escena, totalmente drogado, a veces emputeciendo a sus compañeros de banda. Un sex symbol de una época, un heroinomaníaco, un ícono del Rock Clásico. Lástima que su vida fue tan corta, al igual que la de Hendrix, Joplin y Lennon. La heroína le traería la muerte mientras estaba en Paris. Su cuerpo descansa en el
Père Lachaise.

Hay algo también, que convierte a las Rock Star muertas en leyendas. Les da un toque especial, saber que pudieron haber hecho más pero murieron en el ocaso de sus vidas. Hay una frase que me gusta que aparece en la película Blade Runner: “Las estrellas que brillan el doble, duran la mitad del tiempo, y tu si que has brillado muy muy fuerte Roy”.

También me extraña que todos estos músicos virtuosos hayan vivido drogados la mayor parte de sus vidas. Al parecer a todos se les termina zafando un tornillo después de tantas voladas y trips de ácido. A lo mejor ellos ven algo que nosotros no. Tal vez las drogas los lleven a un trance, a un viaje con su yo interior. Quién sabe.

Algunos los recuerdan por su música, otros por su vida, otros por las drogas. Yo prefiero recordarlos con su imagen de semi divinidades, objetos de culto de la música. Ojalá algún día me encuentre con ellos quién sabe donde, si en una dimensión alterna o en el cielo si es que existe.





Aquí les dejo frases de estos sujetos que me parecen brillantes.

Jim Morrison:

“I see myself as a huge fiery comet, a shooting star. Everyone stops, points up and gasps "Oh look at that!" Then - whoosh, and I'm gone... and they'll never see anything like it ever again, and they won't be able to forget me - ever.”

“(Después de las muertes de Hendrix y Joplin) You're drinking with number three. (haciendo alusión que el sería el tercero en morir de la misma forma)”

Jimi Hendrix:

"When I die, just keep playing the records."

"I'm the one that has to die when it's time for me to die, so let me live my life, the way I want to"

“The time I burned my guitar it was like a sacrifice. You sacrifice the things you love. I love my guitar."

"The story of life is quicker than the wink of an eye, the story of life is hello and goodbye, until we meet again."